viernes, 5 de octubre de 2012

Capítulo III


Capítulo III

Aportes para la construcción de una didáctica constructivista

La enseñanza  y el aprendizaje se correlacionan positivamente,  el aprendizaje es como un proceso activo de parte del alumno, permite abrir nuevas de acción que el posibilitan plantear estrategias didácticas en el marco del constructivismo. El enfoque constructivista se basa en la tesis de que el alumno construye su propio conocimiento, con esto conlleva un largo y laborioso proceso que supone resignificaciones de los saberes previos, lo que implica, necesariamente, realizar tareas en forma incorrecta con respecto al resultado final; pero error del alumno no siempre supone falta de compresión, sino que puede constituir la respuesta más adecuada según sus reales posibilidades de aprender.
El constructivismo rompe con el supuesto de las posturas empiristas que conciben que el conocimiento vaya ser  siempre efecto de un acto y que el error es lo contrario al aprendizaje, por lo cual debería ser eliminado a la vez que debería fijarse a los aciertos para garantizar el aprendizaje.
Los tipos de errores de los que se hablan en el texto pueden ser benéficos y esperables para el docente porque le permite evaluar las hipótesis, teorías y procedimientos que realizan los alumnos y determinar que conocen y que dificultades tienen y actuar en consecuencia a esto. Que los alumnos entren en conflictos y contradicciones, ni tomen conciencia de aquello que no saben, que es, justamente, aquello que necesitan aprender y que los alumnos remuevan sucesivamente los errores que cometen en el proceso de conocimiento. Los errores que comenten los alumnos, obedecen a sistemas de interpretación que están determinados por sus conocimientos previos, su estructuración cognoscitiva y su lógica de acción. Los errores constructivos no constituyen obstáculos en el proceso de conocimiento sino todo lo contrario, guían al docente en sus intervenciones pedagógicas.
La aceptación de que el aprendizaje es fruto de un activo proceso de resignificaciones que realiza el alumno, abre la posibilidad a otro modo de pensar las estrategias didácticas que sostienen la practica pedagógica enmarcadas en la pedagogía transmisiva, hacia un nuevo modo de pensar las estrategias didácticas en torno a la idea de construcción y a partir del paradigma de la complejidad. Los papeles que juegan tanto el alumno como el docente están delimitados con funciones específicas: el alumno debe construir sus propios conocimientos y estrategias de aprendizajes basándose en el conocimiento previo, y mientras el docente construye y reconstruye las condiciones de ese aprendizaje.
No es recomendable seguir trabajando planificaciones como un listado de temas aislados. Los mapas conceptuales, son un ejemplo, que se pueden usar al organizar los conocimientos como una trama interrelacionada y jerarquizada, que permita al docente realizar un seguimiento de los procesos de aprendizajes de cada alumno. Los mapas conceptuales permiten al docente moverse con plasticidad ante cualquier planteo de los alumnos, aun ante planteos que aparentemente podrían desviar el tema que se está tratando, y marcar los caminos posibles que los relacionan.
En conclusión al hablar de estrategias didácticas, es muy importante tomar en cuenta que debemos pensar que no todos los alumnos son iguales, y que cada uno reacciona diferente ante alguna eventualidad, por eso es complejo y se debe establecer un nivel o un punto de mayor asimilación por parte de los estudiantes y así poder cubrir las necesidades de todo el grupo en forma general.  

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