Capítulo III
Aportes para la construcción de una didáctica constructivista
La enseñanza y el aprendizaje se correlacionan
positivamente, el aprendizaje es como un
proceso activo de parte del alumno, permite abrir nuevas de acción que el
posibilitan plantear estrategias didácticas en el marco del constructivismo. El
enfoque constructivista se basa en la tesis de que el alumno construye su
propio conocimiento, con esto conlleva un largo y laborioso proceso que supone
resignificaciones de los saberes previos, lo que implica, necesariamente,
realizar tareas en forma incorrecta con respecto al resultado final; pero error
del alumno no siempre supone falta de compresión, sino que puede constituir la
respuesta más adecuada según sus reales posibilidades de aprender.
El constructivismo rompe con
el supuesto de las posturas empiristas que conciben que el conocimiento vaya
ser siempre efecto de un acto y que el
error es lo contrario al aprendizaje, por lo cual debería ser eliminado a la
vez que debería fijarse a los aciertos para garantizar el aprendizaje.
Los tipos de errores de los
que se hablan en el texto pueden ser benéficos y esperables para el docente
porque le permite evaluar las hipótesis, teorías y procedimientos que realizan
los alumnos y determinar que conocen y que dificultades tienen y actuar en
consecuencia a esto. Que los alumnos entren en conflictos y contradicciones, ni
tomen conciencia de aquello que no saben, que es, justamente, aquello que
necesitan aprender y que los alumnos remuevan sucesivamente los errores que
cometen en el proceso de conocimiento. Los errores que comenten los alumnos,
obedecen a sistemas de interpretación que están determinados por sus
conocimientos previos, su estructuración cognoscitiva y su lógica de acción. Los
errores constructivos no constituyen obstáculos en el proceso de conocimiento
sino todo lo contrario, guían al docente en sus intervenciones pedagógicas.
La aceptación de que el
aprendizaje es fruto de un activo proceso de resignificaciones que realiza el
alumno, abre la posibilidad a otro modo de pensar las estrategias didácticas que
sostienen la practica pedagógica enmarcadas en la pedagogía transmisiva, hacia
un nuevo modo de pensar las estrategias didácticas en torno a la idea de construcción
y a partir del paradigma de la complejidad. Los papeles que juegan tanto el
alumno como el docente están delimitados con funciones específicas: el alumno
debe construir sus propios conocimientos y estrategias de aprendizajes basándose
en el conocimiento previo, y mientras el docente construye y reconstruye las
condiciones de ese aprendizaje.
No es recomendable seguir
trabajando planificaciones como un listado de temas aislados. Los mapas conceptuales,
son un ejemplo, que se pueden usar al organizar los conocimientos como una
trama interrelacionada y jerarquizada, que permita al docente realizar un
seguimiento de los procesos de aprendizajes de cada alumno. Los mapas
conceptuales permiten al docente moverse con plasticidad ante cualquier planteo
de los alumnos, aun ante planteos que aparentemente podrían desviar el tema que
se está tratando, y marcar los caminos posibles que los relacionan.
En conclusión al hablar de
estrategias didácticas, es muy importante tomar en cuenta que debemos pensar
que no todos los alumnos son iguales, y que cada uno reacciona diferente ante
alguna eventualidad, por eso es complejo y se debe establecer un nivel o un
punto de mayor asimilación por parte de los estudiantes y así poder cubrir las
necesidades de todo el grupo en forma general.